SI SUPIERAS...
Para mi el estar de nuevo en el salón de clase tiene un gran significado, ya que podré aprender mejor y con mayor concentración. El día anterior para regresar a clases presenciales me puse a pensar en las dudas que iba a poder resolver y también en que las cosas iban a ser muy distintas en todo sentido, desde la hora en la que me iba a dormir, hasta en la hora que me iba a levantar. El estar de nuevo en el salón de clase me reta, a que tengo que tener más responsabilidad en mi vida académica; y que voy a resolver las dudas que tenía en casa (esto en el sentido del aprendizaje). En la parte de bioseguridad, debo tener autocuidado, ahora es uno mismo el que se encarga de cuidar su integridad y salud.
Durante las clases virtuales me gustaba escuchar música cuando tenía que realizar alguna actividad en clase, o de por si mientras se daba la clase. El escuchar música durante el desarrollo de una actividad me ayudaba a desarrollar ideas y creatividad, para una mejor solución de esta. También me gustaba tocar el instrumento de la guitarra, cuando veía alguna clase aburrida o perdía el interés de esta misma. Una cosa que también me parecía o me gustaba de el estar estudiando en clases virtuales era el estar en redes sociales, aunque me desconcentraba de la clase podía entretenerme en otra cosa que me sacara de el aburrimiento de una clase.
Algunas de las cosas que extraño del estar en casa era el desayunar con mi mamá, porque podíamos compartir un rato en la mañana. La compañía de mi gato durante las clases era buena ya que no me sentía tan solo después de que mi mamá se fuera al trabajo y jugábamos un rato o el se me dormía en las piernas mientras que estaba en una clase. Como ya lo había dicho anteriormente me gustaba tocar guitarra en los descansos o en una clase que no debía encender la cámara, aunque hubo una vez en donde si fui capaz de tocar mientras me estaban viendo en la clase....
Entre las cosas o situaciones que se daban en las clases virtuales eran cosas buenas y malas, resaltando más las malas que las buenas. En las clases virtuales se presentaban muchas distracciones en redes sociales, con el gato, mi mamá, etc).; también uno a veces quedaba con dudas en la mente o se presentaba algún problema en la clase (mala conexión a internet, la cámara del profe no enfocaba al tablero, lo sacaban a uno de las clases, etc) y también sucedía que tomaba las clases en la cama y me quedaba dormido en algunas clases, cuando estaba muy cansado. En cambio en las clases presenciales no se dan casi distracciones e inconvenientes, lo único sería el autocuidado y la bioseguridad; y que también nos debemos acostumbrar de nuevo a madrugar un poco más.
Una de las cosas que más se dio en las clases virtuales o en el estudio desde casa fue el fraude. En cualquier situación se podría presentar un caso de fraude; un ejemplo podría ser el que se pasaran fotos o pegaran una foto de otro compañero o realizado por otra persona al espacio asignado en la tarea y decir que fue de su autoría. Otra situación que se daba era el realizar las evaluaciones en grupo; en unos casos era bueno el a veces ayudarse con alguien si se le dificultaba un poco la evaluación o no comprendía un punto por alguna razón. No estoy justificando el que se deba realizar el fraude, porque si lo vemos con "lupa" estamos haciendo trampa, y a mi la biblia me dice en el libro de los proverbios 11:1 " El señor reprueba las balanzas falsas y aprueba las pesas exactas" ( biblia Dios habla hoy); lo que significa o lo que se interpreta del texto es que a Dios no le gusta la trampa.
En medio de la cuarentena de esta pandemia, desarrollé o pude volver a tocar la guitarra. En años anteriores había recibido clases de este instrumento, pero perdí el interés porque no veía el progreso a medida que pasaban las clases. También perdí el interés porque estaba todavía un poco infante y quería a como diera lugar tocar una canción. Pero en todo ese tiempo que tuve libre en cuarentena me volví a interesar por la música y también por una motivación externa. Aparte de tocar también estoy empezando a cantar y todo esto gracias a Dios y a la ayuda de una amiga que es con la que he estado practicando.
Daniel ¿cómo se llama el minino? De otro lado, hay un padre para la mentira... Juan 8, 44.
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